sábado, 10 de octubre de 2009

SUBTERRÁNEO

SUBTERRÁNEO

Esta puta desgracia me ha traído hasta aquí.

Tanto desgreñarse,
llorar hasta que las lágrimas cuezan los riñones en sal.
No tengo más dulzura:
me volví errante,
sólo lupanares me esperan, soy la desterrada.

Mi palabra no acaricia, no da tregua;
corre, brama.
Gime la palabra,
lengua de Dios que infecta.

Sentada sobre mis ideas, con los ojos llenos de insomnio
pienso, repienso, saco respuestas a la fuerza;
sale el aire, la nada fermentada.

Esta ponzoña me ha hecho flaca de ganas,
diminuta de palabras pequeñas que pellizcan la carne,
adentro se hacen grandes, asesinas de mí.

Acontezco porque todo transcurre, no hay quién contenga el tiempo.
Venero dudas,
son las que alimentan estas recuas salvajes que tiran de la memoria.

Mi tristeza se hace larga, estira la lengua
me escupe
ensaliva la vergüenza, mar espeso que no ahoga.

No tengo fe en mi fe.

(Eva Sabina)

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